Aquellos que conocen a Juango reconocen de inmediato su personalidad llena de energía y vitalidad contagiante. Es una de esas personas que nunca parecen descansar, que pueden mantener conversaciones con varias personas al mismo tiempo sin perder la atención ni el hilo de ninguna de ellas. Esta habilidad, que hemos visto pocas veces a lo largo de nuestros años de experiencia en la fotografía de retratos, se vuelve especialmente relevante en nuestro trabajo, donde tenemos que explotar las cualidades de la persona a reatratar.

Desde el primer día que conocimos a Juango, hemos cultivado una relación excepcional. Él, no solo nos ha confiado su imagen profesional como abogado, sino también nos ha abierto las puertas de su hogar y su familia, convirtiéndonos, en cierto sentido, en sus fotógrafos personales. Esta confianza mutua ha enriquecido nuestra colaboración y nos ha permitido capturar la esencia auténtica de quien es, tanto en el ámbito profesional como en su vida personal.